Comentrio
ao Artigo 29 63e6b
5g5u2b
Estimo
que la Declaracin de los Derechos Humanos planteada como haciendo
referencia a condiciones iniciales que sabemos que no se cumplen,
crea una ambiguedad que oscurece su proposito y debilita ei compromiso
conductual a que invita a las distintas naciones. Yo estimo que
la Declaracion de los Derechos Humanos es una declaracin de intencin,
la explicitacin de un propsito de convivencia, y la invitacin
a un compromiso de accin continua en ei vivir cotidiano de los
Estados, a realizar cualquiera sea su tipo de gobierno. Si los
derechos fuesen de hecho derechos no habria que luchar por elios
o defenderlos. Los derechos son artificios de convivencia, y slo
si se los reconoce como tales ei compromiso a realizarlos en
el vivir cotidiano obliga a las naciones que se comprometen.
Sn
duda en el desco de hacer una declaracin que por su validez universal
nos haga a todos a resperar a ser humano a fin de evitar un genocidio
ms, se h buscado un fundamento que por su naturaleza objetive
renga ese caracter. Pero no hay nociones o principios que puedan
pretender validez universal por su caracter objetivo, ya que la
validez de cualquier nociou O principio en una comunidad humana
depende precisamente de su aceptacin por los de esa
comunidad, y su universo de validez es por ello slo coextensivo
con la comunidad que lo acepta como vlido. Ms an, las nicas
formas de asegurar la validez prctca de una nocion o principio
cualquiera en una comunidad humana son, su adquisicin implicita
corno un aspecto natural de la convivencia en ei aprendizaje de
los nifios que han crecido viviendo naturalmente de acuerdo a
es nocin, y su aceptacin explcita por la comunidad corno resultado
de um acuerdo que se respeta.
Por
ultimo, el fundamento de los derechos humanos no es racional sino
que emocional, y su respeto es posible slo en tanto se los quiere.
En fin, la emocin que funda la posibilidad de lo que se quiere
obtener con la declaracin de los derechos humanos es ei amor
como la emocion desde donde se ve ai otro o a la otra como un
legtimo otro u otra en la convivencia con uno, y es justamente
ei amor lo que les d universalidad prctica eu el mbito singular
de convivencia que eI amor funda. Es tambin por sto, que Ia
validez de los derechos humanos jams se extiende sobre aquelios
seres humanos que por un motivo u otro no son aceptados como
humanos, o como humanos legtimos.
COMENTARIOS
El
deber hacia la comunidad surge dei deseo de pertenecer elia como
componente activo en circunstancias que la comunidad de manera
explicita o implcita lo desea a uno como componente. Por sto
no es legitimo) hablar de los deberes hacia la comunidad que sus
tienen sin hablar de los deberes que la misma comunidad
tiene hacia sus . Tampoco es legtimo habiar de la comunidad
como ei mbito en ei que las personas que ia componen se realizan
plenamente sin hablar ai mismo tiempo de lo que ia comunidad debe
hacer para que se d esa posibiiidad de hecho en la vida de todos
sus . Este inciso, por lo tanto, deberia leerse como un
compromiso de la comunidad a crear las condiciones que permitan
a sus se desenvoiverse como seres integros en su convivencia
con los otros de la comunidad. Ms an, como una comunidad
existe slo a travs de ia conducta de sus , este inciso
comprometeria a todos los de ia comunidad que lo acepta
a participar de manera activa en la crecin de ias condiciones
de convivencia que llevan a desenvoivimiento integral de todos
ellos.
En
una comunidad los derechos y deberes de los otros no deberan
constituir una limitacin a los derechos y deberes de uno, ya
que los otros tanto como uno son parte de la identidad de la comunidad.
El darse cuenta de sto permite ver y sentir que la colaboracin
y ei compartir son partes centraies de la convivencia en una comunidad.
Si los derechos y deberes de los otros se ven y viven como limitaciones
de los propios derechos y deberes, la convivencia en la comunidad
adopta ei caracter de lucha en la defensa de lo que uno piensa
que es suyo, y no de coiaboracin en ei compartir. Si la comunidad
se vive como un mbito de defensa de lo propio, se convive en
la moralida, esto es, en la bsqueda del cumplimiento de la forma
de las normas y leyes. Si la comunidad se vive como un mbito
de colaboracin y compartir, y se convive en ella en la tica,
esto es buscando satisfacer la intencin de convivencia social
(amorosa) con que las normas y leyes fueron creadas.
Si
la declaracin de las Naciones Unidas tiene el propsito de crear
un espacio de convivencia dentro y fuera de las naciones
fundado en el propsito y compromiso de crear una convivencia
en la que los llamados derechos humanos sean de hecho compromisos
creativos cotidianos que guen la convivencia, no puede haber
derechos o deberes que nieguen esa intencin y compromiso.
REFLEXIN
FINAL
La
emocin que funda lo social y toda preocupacin tica, es ei amor
como ei dominio de las conducta relacionales a travs de ias cuales
eI otro, la otra, o lo otro, surge como legtimo otro en la convivencia
con uno. Es ei amor como emocin, y no la razn como argumento
lgico, lo que da origen a la Declaracin de los Derechos Humanos
de las Naciones Unidas. AIl esta su fortaleza prctica. Pero
al mismo tiempo tambin alli est su debilidad prctica pues si
no se acepta explicitamente que su origen no es racional sino
que surge como expresin del deseo de lograr una convivencia fundada
en el mutuo respeto y la colaboracin, no se entiende Ia naturaleza
del acuerdo a que invita. En nuestra tradicin cultural centrada
en la idea de fuerza como agente de accin, y de lucha como motivacin
para la accin, se busca, aunque de manera en general inconsciente,
un modo de obligar a una convivencia en el mtuo respeto mediante
una nocin de derecho que se pretende tiene validez universal
desde la razn cuando no es asi. A mi entender la Declaracin
de los Derechos Humanos es debil porque la razn por si sola no
lieva a la accin. Es ei deseo de obtener un resultado lo que
nos moviliza. Es por esto que yo pienso que los Derechos Humanos
slo pueden ser tratados como un propsito de conducta de convivencia
a obtener a travs de convivir segn ellos en un acuerdo que nos
comprometa desde ei deseo de hacerlo asi, para que nuestros hijos
crezcan en ellos como parte de su convivir cotidiano.
Humberto
Maturana Romesin Professor da Universidade do Chile
e escritor.
A lei a mesma para
todo mundo, deve ser aplicada da mesma maneira para todos, sem distino.
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